Por más de dos años, el mundo entero se enfrentó al virus provocado por el SARS-CoV-2. En el caso de Costa Rica, la lucha comenzó desde el 6 de marzo de 2020, sin embargo, el COVID-19 se ha enfrentado a un pueblo excepcional que frente a esa amenaza se iba a unir, resistir y hacer más fuerte.
Previo al primer caso, ya se contaba con una planificación ante su inminente llegada con la activación del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), integrado por todas las instituciones requeridas para abordar una compleja emergencia desde un enfoque técnico, científico, económico y sanitario.
El Gobierno de la República declaró Estado de Emergencia, activando los protocolos sanitarios y medidas necesarias para reducir el contagio y salvar vidas.
En tiempo récord el sistema de salud pública debió adaptarse para asegurar la atención de las personas contagiadas. Una de las primeras transformaciones fue la creación del CEACO, lo que conllevó a jornadas de 24 horas durante 11 días para hacerlo posible.
De manera paralela, todo el sistema de salud pública trabajó de manera integrada y acelerada para asegurar la atención. A este trabajo se unió la Torre Este del Hospital Calderón Guardia, la Torre Quirúrgica de Hospital México, el Hospital Nacional Psiquiátrico, y el Hospital del Trauma. En términos generales, durante 2 años se aumentó la capacidad de camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) para COVID-19 de 24 a 359.
Sumado a ello, el Ministerio de Salud y la CCSS desarrollaron la labora de detección y aislamiento de contactos, como una de las acciones necesarias para cortar las cadenas de transmisión de este impredecible virus, mediante la aplicación de pruebas COVID-19, la actualización de la información epidemiológica de manera diaria y el seguimiento a la condición de salud de las personas contagiadas.
En el ámbito preventivo, el estudio y análisis técnico permanente del equipo de la Sala de Análisis de Situación Nacional, integrado por talentosos profesionales de múltiples áreas e instituciones, permitió guiar la toma de decisiones de las acciones necesarias para contener el avance de la enfermedad. El uso de mascarilla, el lavado de manos, el distanciamiento físico, la restricción vehicular, los protocolos en actividades y locales comerciales, así como el trabajo conjunto entre los sectores público y privado; conllevaron a un descenso considerable en la cantidades de contagios, dándole espacio y aire a las capacidades hospitalarias, y permitiéndonos retomar poco a poco la normalidad.
Implicaciones económicas y sociales
Ante los serios impactos económicos y sociales de la pandemia, el país entero se unió para salir adelante: Gobierno, Asamblea Legislativa, empresa privada, sectores sociales y sociedad civil, para garantizar el acceso a la salud, educación y alimentación.
Dentro de los hitos más importantes está la creación del bono Proteger que dio un alivio económico a 724 mil personas que vieron sus ingresos afectados por la reducción o suspensión de sus jornadas laborales. Del total de entregas, la mayor cantidad fue para mujeres, que recibieron 388.804 bonos, mientras que 335.484 fueron para hombres y 42 para personas intersex. Adicionalmente, se lograron otros impactos positivos como contener la pobreza en 3.4 puntos porcentuales frente al shock causado por la pandemia, y también se logró bancarizar a más de 200 mil personas.
A una semana del cierre de todos los centros educativos y comedores escolares, el Ministerio de Educación Pública (MEP) ya había realizado su primera entrega de alimentos. Esto benefició en 20 entregas, entre el 2020 y 2021, a más de 850 mil estudiantes en un trabajo conjunto con el Consejo Nacional de Producción (CNP), además 42.500 familias recibieron alimentación por parte de CEN-CINAI.
Por su parte, en un trabajo articulado con la empresa privada y donaciones de la sociedad más de 730 mil familias recibieron paquetes de alimentación y limpieza, por parte de la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias (CNE) y la campaña “Con Vos Podemos”.
El Ministerio de Comercio Exterior (COMEX), la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER), el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) y el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) beneficiaron a 200 empresas exportadoras para su operación, con el plan Alivio, además de asesorías especializadas con el objetivo de incrementar la competitividad, la diversificación y facilitar el acceso de más productos costarricenses a los mercados internacionales.
Los bancos y entidades financieras readecuaron sus condiciones crediticias y dieron acompañamiento. Además se le dio a la población condiciones más flexibles para quienes no podían pagar los servicios públicos. Esto dio un respiro a la población en momentos de incertidumbre.
Las intensas gestiones diplomáticas y de cooperación internacional realizadas por la Cancillería permitieron concretar donaciones y ofrecimientos de ayuda por $54 millones. Además se repatriaron más de 9.300 costarricenses procedentes de 103 países –un cuarto del Estadio Nacional– y se ayudó a regresar a más de 18.000 personas de 40 nacionalidades que permanecían aquí.
Desde la Mesa de Protección Social, más de ₡375 mil millones se destinaron para la atención social de más de 1,5 millones de personas de poblaciones en situaciones de vulnerabilidad que incluye a personas adultas mayores, con discapacidad, en situación de calle, territorios indígenas, asentamientos informales, mujeres, menores de edad, en pobreza extrema, entre otras. Los principales resultados de la coordinación intersectorial se resumen en:
Además se habilitaron albergues en todo el país para que las personas que no contaban con las condiciones para enfrentar su aislamiento pasarán su enfermedad en un marco de derechos humanos.
Gracias al modelo compartido “Costa Rica trabaja y se cuida“ se ha avanzado en la reactivación paulatina del turismo, la recuperación económica y la disminución sostenida del desempleo. Esto se ha logrado en un trabajo en conjunto con los gobiernos locales, la empresa privada, organizaciones y diversos sectores sociales.
Dosis de esperanza
El 23 de diciembre de 2020, la esperanza comenzó a llegar en forma de dosis, gracias a un trabajo previsor e interinstitucional de muchos meses, Costa Rica se convirtió en el sétimo país en el mundo en recibir la vacuna contra el COVID-19. Casi 16 meses después con 88 vuelos recibidos el país ha recibido 13.092.675 vacunas, incluyendo 3,7 millones donadas.
Esta fue la herramienta más importante para proteger la salud pública y a la vez impulsar la recuperación económica del país.
Gracias a la mística y la unión de toda la sociedad civil se aplicaron 10.440.011 dosis a personas mayores de 5 años de edad. Más de 4.379.374 personas ya cuentan con al menos una dosis de la vacuna contra el SARS-CoV-2, esto ubica a nuestro país en el pequeño grupo de los naciones que tienen el 85% de cobertura de su población total con al menos una dosis.
Según métricas internacionales, en este ámbito Costa Rica supera a Alemania, Bélgica, Francia, el Reino Unido y Estados Unidos, por citar algunos países de la OCDE.
Asimismo, a mayo de 2022, 4.042.081 personas contaban con dos dosis, lo que representa el 78,3% de la población total. Mientras que 2.018.556 de personas cuentan con el refuerzo de la tercera, es decir el 39,1% de la población total del país.
Estas cifras se han alcanzado gracias al trabajo coordinado del sector público, privado, universidades y actores sociales, con el objetivo de proteger a cada una de las personas de nuestro país.
Sin duda, la vacunación demostró ser la medida más valiosa contra el COVID-19. La población ha podido regresar a playas, centros comerciales, gimnasios, iglesias, restaurantes y parques. Asimismo, estudiantes y docentes regresaron a la presencialidad en escuelas y colegios, de manera más segura.
FOTOGRAFIAS POR Roberto Carlos Sanchez Carmona, Julieth Mendez, Édgar Muñoz. PRODUCCION AUDIOVISUAL: Henry Oviedo, Ricardo Prado, Natalie Montoya, Jorge Umaña, Alonso Achio.
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